Ante su mirada fría me
hallaba,
con un gélido viento que
me trastornaba,
con la luna a las
espaldas y el cielo oscurecido,
algún que otro gorrión y
su graznido.
Ante su escondrijo ella
pacía,
observaba como ahora
clareaba el día,
el ya no era quien ella creía,
pues ahora tan solo
pronunciaba algarabías.
Continuando en su
introspección,
tan solo delimitando su
corazón,
allí no miraría, pues
todo más dolía.
Era más fácil olvidar el
dolor
si no era causado por su
corazón.
Fría como era no le
costó,
echar la llave a su
padecimiento,
permanecer riendo,
mientras lloraba por
dentro.
que bonito!
ResponderEliminarMe encanta!!
ResponderEliminarMe encanta el último párrafo sobretodo <3
ResponderEliminarMil gracias.
ResponderEliminar