lunes, 14 de marzo de 2016

Ella.

Ante su mirada fría me hallaba,
con un gélido viento que me  trastornaba,
con la luna a las espaldas y el cielo oscurecido,
algún que otro gorrión y su graznido.

Ante su escondrijo ella pacía,
observaba como ahora clareaba el día,
el ya no era quien ella creía,
pues ahora tan solo pronunciaba algarabías.

Continuando en su introspección,
tan solo delimitando su corazón,
allí no miraría, pues todo más dolía.
Era más fácil olvidar el dolor
si no era causado por su corazón.

Fría como era no le costó,
echar la llave a su padecimiento,
permanecer riendo,
mientras lloraba por dentro.

4 comentarios: